sábado, 21 de agosto de 2010

Mi querida Diana

Mi querida Diana


Una mata de pelo rojo como fuego.Escasos 20 años.Estatura mediana.
Figura esbelta, fina pero contundente con curvas que difícilmente pueden disimular las ropas de invierno...
Muy temprano, casi de noche , tiritando en la parada del colectivo, del brazo de su madre, arrojando pequeñas nubecitas de humo al respirar y riéndo ambas de la infantil broma, como jugando a fumar , esperando el colectivo en el que venía yo, desde un par de  paradas anteriores. No subía hasta que me veía...

Su madre parada de puntitas, solamente se tranquilizaba cuando sabía que de su vista , pasaba a mi cuidado, hasta llegar a salvo, al trabajo, juntos.

El rito se repetía todos los días. 
Las dos esperando para verme, su sensación de tranquilidad, subír, abonar el pasaje y a sentarse a mi lado. Un beso rozando como un ala de mariposa helada , mi mejilla, un apretón  de manos...adiós a su madre...tranquila porque un hombre cuidaría a su nena en el trayecto el trabajo .
Como si fuera hoy,recuerdo ese roce minimísimo y huelo la frescura de su pelo recién lavado , manzanas verdes..y una casi imperceptible colonia con todas las flores de una primavera imaginaria...


Su cara limpia,  un óvalo perfecto, apenas una línea en los ojos, para resaltar el verde transparente y la mirada , mezcla de inocencia y picardía denotaba tranquilidad, pero una cantidad inimaginable de expresiones iba transitando mientras contaba animadamente algo, no se qué, poque siempre tenía algo nuevo y emocionante que contar.
El conjunto simplemente precioso.

Muchas veces , en broma, o mas o menos en broma, le dije lo enamorado que estaba... que si no fuera la hija del comisario , ya la hubiera raptado , pero en especial si yo no estuviera felizmente casado,  sería muy estúpido si la dejara escapar... y ella se reía con una gracia y modestia  que me emocionaba. Bajando los ojos, diciendo , qué locuras decís..., mirá si te escucha tu esposa que te adora...
Pero no negaba  la posibilidad, (quizá en otra vida, en otro tiempo...dijo sombríamente una sola vez...)solamente eso alcanzaba para levantar mi espíritu por la mañana.

A ninguno de los dos se nos pasaría por la cabeza nada más que ese inocente coqueteo. Ella , por su formación familiar, yo además por amor a mi esposa.
Una cosa me impresionó siempre, la sensación de paz interior que irradiaba.
Nunca la escuché levantar la voz ni tener un exabrupto. Siempre medida, económica en gestos y reservada en las palabras. Si no podés decir algo bueno , mejor no decir nada y coincidíamos , como siempre.
Hacía su tarea con toda responsabilidad y siempre a la perfección y era, cuando no amiga de todo el mundo , escuchada y tenida en cuenta pese a su juventud en un ámbito donde las cincuentonas era mayoría.
Nos veíamos varias veces durante el día, en algún receso, en el almuerzo, o tomando café.

Mi amiga y confidente. Qué grandilocuencia tiene el término porque qué confidencias podríamos tener sino las pequeñeces de todos los días. Pero de esto está hecha la amistad, de compartir tonterías. De un plato que habíamos inventado con mi esposa y que había salido horrible y de cómo lo habíamos hecho  desaparecer para que nadie se enterara... o de su padre ( el comisario)  que había confundido azúcar con sal en el mate.... y nos reíamos por lo bajo...
Me ofendió y la ofendió un día cuando una vieja maliciosamente dijo , "algo se traen ustedes"...
Estábamos tan  enojados por ese sucio comentario que nos quedamos sin palabras...tán enojados  que  ambos nos asustamos de que quizá, pudiera ser real y fuimos tán estúpidos que como si en verdad estuvieramos cometiendo algún pecado, comenzamos a alejarnos...No solo hay que se sino parecer.... resonaba en mi cabeza la frase de mi mamá.
Pasado un tiempo, tuve otro destino, y dejamos  de vernos a diario, alguna que otra vez cuando  debía pasar  la veía y nos hacíamos un minuto para charlar  de todo y de nada o para sentarnos en la salita a tomar un café en silencio.
Nos mandábamos saludos y cariños mútuos y seguíamos cada uno por su lado...
Con el tiempo , se casó y tuvo dos hijas...
El marido , un buen tipo, muy trabajador, muy gaucho, congeniamos de inmediato. Como hacía trabajos de  mantenimiento de casas , lo llamé muchas veces y me solucionó varios problemas .. Hasta en ocasiones vino , de onda, cuando , con unos amigos decidimos poner una estación de radio y había que levantar una antenota pesadísima, allí estuvo él poniendo el hombro  subiendo como un mono a lo alto...mientras que los demás mirábamos desde abajo rezando para que no cayera.... y como luego para festejar hicimos un asado  y nos comimos y tomamos todo hasta el agua de los floreros...
El mismo que de repente enloqueció.
No sabría como explicarlo... se piró, hizo un click...como sea.
Juntó cuatro prendas  y se fue a vivir a lo de su mamá...
No se puso malo, ni agresivo, ni  dio nungún aviso de lo que  le estaba pasando.....se fué. así nomás... sin explicaciones, sin una palabra....
Pelearon? , discutieron? se enojó con vos o con las chicas? , tuvo problemas con el trabajo? nada ,ella no entendía, yo no entendía.... traté de contactarlo, pero no contestó el teléfono....dejó el trabajo , el negocio, la familia, la casa y simplemente se fue.

Se fue a la casa de su mamá... a su pieza de soltero.a , no se donde, el culo del mundo...lejísimo en la provincia...a vender helados....eso dijo.

Mi querida Diana. treinta años después , cansada, y con mirada triste en sus ojos tan verdes. 
Cómo anda mi novia imposible...? le dije .
Tu novia , si no fuera por la química , tendría blanco hasta el último pelo, cada vez me parezco más a tu mamá.... Me voy al interior, a la casa de una de mis hijas. No tengo nada más que hacer por aquí. Allá por lo menos la ayudo con los chicos.
Si.  (todas las palabras  ya habían sido dichas hacía muchos años...)
Le apreté la mano, nos dimos un suave abrazo de amigos de toda una vida y no nos vimos más.

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